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Futuros dirigentes sin empuje…

Llegué el primero. Tenía muchas ganas de volver a reunirme con “El Team”. No podías perder la invitación que me hizo Plácido.

El ambiente en la cafetería de la Escuela de Negocios ABS no había cambiado desde el curso anterior. Y allí, en una esquina al fondo, estaba la mesa que siempre ocupa el Team como si todos supieran que estaba reservada para ellos todos los viernes.

El primero en llegar fue Peter, el empresario. Sorprendido y al tiempo alegre de verme allí. Una vez explicada la invitación de Plácido, no entiendo su primera pregunta:

–       ¿Y tú qué opinas del “Trumpazo”?

–       ¿Qué trompazo?

–       ¡Cúal va a ser, hombre! La elección de Donald Trump esta semana en los Estados Juntitos.

–       Ja,ja,ja. Pues opino, que menos “juntitos” empiezan a estar esos Estados. Parece ser que en algunos países se juega con la desunión, con el enfrentamiento, con la división en 50-50, y lo peor es que se hace a través de los malos modales y sin respetar las formas y los valores.

Vemos llegar a Plácido, que se une rápidamente a la conversación.

–       La crisis de autoridad es tan patente que la gente, la masa, se deslumbra con cualquier forma de liderazgo. Los políticos actuales no dan la talla y debido al retroceso económico tan impactante, cuando sale un salvapatrias charlatán con energía y brío los ciudadanos pierden el juicio. No quiero decir que los ciudadanos estén locos, es solo una descripción de su falta de análisis y sentido en el juicio de las alternativas de su voto. Y surge la sorpresa en las votaciones, esta es la tercera sorpresa después de la del Reino Unido con el “brexit” y la de Colombia con el acuerdo de paz. Estamos viendo pelar varias barbas de vecinos… Ojito, ojito…

–       Es lo que le decía a Antonio – intervengo – las “uniones” se están deshaciendo. Los países que se denominan unidos tienen sus ciudadanías divididas y poco reconciliables:  UK, USA, ...

–       Es la mediocridad de arriba la que provoca el triunfo de los mediocres de más abajo. No solo es la situación presente tanto de políticos como de sus ciudadanos. Me preocupa más aún el futuro que se avecina.

–       ¿A qué te refieres, Plácido? – Pregunta Peter mientras llegan al tiempo Olivia y Antonio saludándome a mí el primero muy efusivamente.

–       Me refiero – sigue Plácido – a la falta de vigor que observo en vuestros sucesores en la Escuela. Muchos chicos del primer año del MBA están desanimados, hastiados, incómodos. Es como si esto no fuera con ellos, como si el master fuera una lata, un aburrimiento, un rollo pesado. Si estos aspiran a ser la clase dirigente de este país estamos aviados.

–       Plácido, eso pasa porque se lo pagan los papas. Hijito, como encontrar trabajo está complicado, prepárate mejor con un master que te pago yo. Y luego otro, y si hace falta un tercero. Pobrecitos, menos mal que el jueves por la tarde ya se desahogan con un finde de copas. Si hubieran tenido que costearse ellos el master, como yo, claro que lo aprovecharían. ¡No te fastidia!

–       Es verdad, Olivia. Que conste que hay más alumnos como vosotros, pero son pocos. No sé si ahora, bajo mi puesto transversal de coordinador de estudios, presto más atención a estos detalles, pero me parece que la abulia ha ido in crescendo.

Antonio agita la mano ostensiblemente como si algo tuviera que compartir con urgencia.

–       Os voy a contar lo que ha pasado en mi trabajo, que viene a cuento de esto que dice Plácido. No sé si es difícil encontrar trabajo o es que los jóvenes se han agilipollado. Estamos buscando una persona para un puesto de Team Leader de Innovación en  mi empresa, un puesto muy interesante que muchos ansiarían. Me han pedido que los entreviste yo personalmente si están aquí o por videoconferencia si son de fuera para conocer sus perfiles para la función antes de enviarlos a Recursos Humanos…

–       Querrás decir Recursos Inhumanos – Interrumpe Olivia siempre reacia a las multinacionales, pero Antonio no entra al trapo y sigue su historia.

–       ¡No he pasado ni uno! ¡Qué gente tan floja! Todo su afán es preguntar por los horarios, condiciones, ambiente de trabajo, … y las chicas, flexibilidad, aspectos de conciliación, … Pero, ¡cómo van a encontrar trabajo estos huevones!

–       Huevones y ovarionas, hay que ser políticamente correcto – Apuntilla Peter.

–       Caramba, Antonio – Media Plácido – Alguno no sería para tanto. Si te has cargado a todos, no estaría mal que te preguntaras si quizás el problema eres tú que lo sacas de quicio.

–       Pues te equivocas. He dicho que no ha pasado ni uno… de los españoles. Pasó uno, pero es mejicano. Un crack, dispuesto a comerse el mundo. Con ganas, con energía, con ideas para la función, con preguntas certeras del negocio y no las chorradas pusilánimes de los españolitos acostumbrados al tisue desde bebes. Como es normativo, se publicó el puesto en la web de la Compañía y compañeros de dentro, a pesar de su ventaja,  no han dado la talla. El mejicano viene de otra empresa, bien preparado y con arrestos, y pasa por encima de  todos los españoles que siguen dando lata con los recortes, la crisis, y el mameo.

–       Lo que ha pasado en mi opinión – relaja Plácido – es que estos jóvenes que no abandonan la casa de papá y las escuelas postgrado, cuyas familias formaron una floreciente clase media, se han acostumbrado a la vida muelle, y no se adaptan a las condiciones que ha generado la crisis. Es duro y no aceptan caminar marcha atrás para coger carrerilla.  Es mucho esfuerzo, mucho trabajo duro, y asumir jerarquías. Muchos prefieren acomodarse en la calidad de vida, la reivindicación y las ayudas de sus allegados o del estado según su estrato social.

–       Eso, eso. Según su estrato social. Porque en las cafeterías me aparecen de cuando en cuando unos pendejos que contaminan a mis chicos – El que habla es Peter, el empresario – No puedo permitir que estropeen el buen ambiente que queremos tener todos. Pero desde que arrancó la franquicia, esto es una misión complicada y el personal es mi mayor preocupación en todos los sentidos.

–       Peter, sin duda eso es lo más importante en cualquier empresa. Da igual sea grande o pequeña. Las personas cada vez marcarán más la diferencia, porque los robots que se avecinan serán muy parecidos técnicamente, y “todavía” no aportan sentimientos ni emociones – sentenció Plácido.

Allí seguí con nuestros amigos pasando un buen rato de charla. Contaron más anécdotas vividas en sus distintas empresas. Y Plácido poniendo paz y mediando entre ellos, como de costumbre. Pero esas nuevas historias os las haré llegar en próximos posts pues son verdaderas vivencias pasadas por el crisol de los distintos puntos de vista de estos personajes.


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